SANTA ROSA: OCTAVIO CORDERO PALACIOS
Esta parroquia se fundó con denominación propia y conocida el día 04 de agosto del año del Señor 1854 por orden del señor Gobernador del Azuay Dr. José María Rodríguez Parra, fundación aprobada por la autoridad eclesiástica de ese entonces.
Esta parroquia fue fundada para honrar a la gloriosa Patrona Santa Rosa de Lima, a cuya sombra bienhechora se estableció el pueblo, compuesto en casi su totalidad de gente indígena.
Llacao, Santa Rosa, Sidcay y Checa desde un principio pertenecían a la jurisdicción de la parroquia urbana de San Blas, al desmembrarse Sidcay para constituirse en nueva parroquia por rescripto de su majestad Carlos III Rey de Francia, Llacao, Santa Rosa, Checa fueron adjudicados a la nueva jurisdicción en calidad de anejos.
Pasaron once años desde la fundación del pueblo para gestionar el traslado del Centro Parroquial a Muyupamba, en efecto por petición firmada, el 04 de mayo de 1866 por el cabildo pequeño de ese entonces, compuesto de los indígenas José Manuel Pineda, Bernardo Buestán, Manuel Coraisaca y Eusebio Nacipucha, y de los blancos los más representativos del lugar Sres. Vicente Cordero Crespo (padre del Dr. Octavio Cordero Palacios), Agustín Cordero y Fernando Alvarado, en preciosos documento tanto por la redacción como por los términos humildes y conceptuosos, resolvió esta cuestión el Excmo. Sr. Obispo Dr. Don Remigio Esteves de Toral, ordenando el traslado de la parroquia de pueblo viejo a Muyupamba, según el documento autorizado el 24 de mayo de 1866, dirigida por el señor cura Doctor Tomas Espinoza, se conservan estos documentos en el Archivo parroquial de la iglesia de Santa Rosa en el libro de fecha 26 de julio de 1902; de manera que la segunda iglesia se edificó en Muyupamba merced al celo apostólico del venerable señor cura doctor Tomas Espinoza; y a la cooperación entusiasta de su católica feligresía quedando en consecuencia trasladado definitivamente el centro parroquial.
El 15 de diciembre de 1923, fecha en la que vino el cura interino Dr. Oscar Gonzales Zabaleta quien viendo el crecido número de feligreses que quedaban sin poder oír misa los domingos, por ser muy reducido el templo, determinó hacer otra abriendo el antiguo, es decir en el mismo sitio, en efecto en menos de un año hizo esta obra empleando materiales frescos especialmente los adobes que apenas empezaban a secar, por lo que un domingo, a los seis meses más o menos estaba el cura de la parroquia el señor cura Lozano cuando celebraba la misa dominical de las once se sintió un pequeño temblor que destruyó el templo fabricado con material fresco, quedando en consecuencia cuarteadas completamente las paredes y viniéndose al suelo una parte del frontis sin desgracia que lamentarse; el 27
de julio de 1943 fue construido el nuevo templo, los adobes se trabajaron en las tejerías y en Azhapud.
Los límites eclesiásticos eran: con Déleg, el antiguo camino de Cuenca, por el pie de Guavizhun pasa por la Raya, Ornapala hasta el cerro; con Checa, el río Paluncay y con una quebrada llamada Gahuiña que da con Sidcay, las quebradas Champus-guaico, Tocte guaico y una línea que pasa por la casa del señor Francisco Jara hasta dar con Paluncay; la parte del cerro limita siguiendo la cordillera de Tipo, Jabas guaico hasta Millma-cruz y la quebrada de Faldiquera que desemboca en el río Chini o Déleg.
Esta parroquia contaba con cinco mil habitantes indios y es la única de toda la República del Ecuador, que no tiene haciendas o señores hacendados o patrones, aquí el indio es libre en toda la acepción de la palabra y habla el idioma castellano como quichua.
Muy pronto esta parroquia será centro de comercio cuando tenga la carretera, aquí llega al máximo el sombrero de toquilla, quizá unos dos mil unidades por semana, en igual forma las quince tejerías que abastecen de ladrillos y tejas a los pueblos vecinos, se agregan las minas de cal y mármol, las producciones de esta parroquia en agricultura son imponderables toda clase de cereales de los que hacen dos cosechas por año.
El 5 de mayo del año de 1870 nació, en una humilde casa contigua a la iglesia, el notable hombre público y de letras Dr. Dn. Octavio Cordero Palacios, hijo de los señores Vicente Cordero Crespo y doña Rosa Palacios Alvear.
Entre las obras inéditas de este varón ilustre hay una obra titulada “Una modesta vida, once memorias de Octavio Cordero Palacios”, de cuyas páginas entresacamos las siguientes líneas “vine al mundo en el actual caserío de la Parroquia Santa Rosa de Cuenca y precisamente donde se levantó el templo de ésta parroquia, sitio en el que en 1870 tenía su humilde casa, por no decir choza, la indiezuela Petrona Trastajo que acogió en su lecho a mi madre, la cual abusando de lo robusto de su complexión, y no obstante la mayoría de sus meses había ido de Surampalti a Santa Rosa, una legua de camino y excesivamente ondulado, a oír a misa de domingo.
El 26 de junio del año de 1933 el ilustre Concejo Municipal de Cuenca tomo en consideración el patriotismo, la ciencia y los méritos sobresalientes del Dr. Octavio Cordero Palacios, acordó entre otras cosas, denominar parroquial Octavio Cordero Palacios, a la de Santa Rosa de sete Cantón, cuna del ilustre hombre público. En efecto esta ordenanza municipal fue discutida los días 2, 16 y 26 de junio de 1933, con voto favorable, y la jefatura política del Cantón Cuenca, a cargo del Señor Don Luis Peralta, el 11 de noviembre del mismo año se decretó el ejecútese y que se publique
por medio de la imprenta municipal. El Presidente del Concejo de ese entonces Sr. Dr. Julio Torres solicitó la aprobación al señor Ministro del Gobierno y Municipalidades en oficio del 25 de octubre de 1933, consiguiendo la aprobación solicitada el 31 de octubre del mismo año firmada por el Seños F. Gómez de la Torre, Ministro de Gobierno y Municipalidades, quedando en consecuencia denominada Octavio Cordero Palacios, uno de sus hijos celebres de la parroquia Santa Rosa, en cuanto a lo eclesiástico nada se ha innovado.
La huelga de los indios en los años 1919, 1920 y 1921 capitaneadas por un tal Quiroga, quemaron el archivo del registro civil, los libros y útiles escolares de las niñas, ha sido lo más destacado en la historia.